La Inflamación…Impacto crítico en la producción de nuestros animales…

La salud y el bienestar de los animales de producción son fundamentales para asegurar la eficiencia y calidad en la industria pecuaria. Sin embargo, la inflamación, un mecanismo natural de defensa del cuerpo, puede tener efectos negativos en la producción animal.

Comprender cómo la inflamación afecta a estos animales es esencial para implementar prácticas que minimicen estos efectos negativos y maximicen el rendimiento, exploraremos la fisiopatología de la inflamación en animales y los enfoques terapéuticos actuales para su tratamiento.

Pero… ¿Qué es la inflamación?

La inflamación puede describirse brevemente como una respuesta de los tejidos animales ante cualquier agresión. Esta respuesta es una reacción biológica compleja en el tejido conectivo vascularizado, ocasionando una lesión tisular, que los animales utilizan para protegerse de diversos estímulos o agentes injuriantes, ya sean de tipo exógeno o endógeno:   

  • Físicos: Traumatismos, radiaciones, calor, frío, etc.
  • Químicos: Agentes orgánicos, inorgánicos, tóxicos, radicales libres.
  • Biológico: Bacterias, virus, hongos, parásitos, toxinas.
  • Inmunológicos: Complejos Antígeno – Anticuerpo, respuestas mediadas por células.


Este complejo proceso es lo que se conoce como Inflamación, y su función es circunscribir, inhibir, neutralizar o destruir y luego reparar el daño producido. La respuesta inflamatoria  está estrechamente relacionada con el proceso de reparación, es útil para destruir, atenuar o mantener localizado al agente lesivo, y simultáneamente inicia una serie de acontecimientos que pueden determinar la cura o reconstrucción del tejido lesionado,   por esta razón se afirma que la inflamación es fundamentalmente una respuesta de carácter protector, y de no existir este proceso, las infecciones se propagarían de manera incontrolada, las heridas no se curarían nunca y los órganos lesionados presentarían lesiones supurativas de forma permanente. Sin embargo, en ciertas situaciones, como en reacciones alérgicas y enfermedades crónicas, el proceso inflamatorio constituye el mecanismo patogénico básico.

La inflamación se presenta en dos fases bien diferenciadas:

  • Aguda: Se caracteriza por una evolución relativamente breve y una serie de cambios vasculares (vasoconstricción y vasodilatación arteriolar) y circulatorios, en los que se presenta hiperemia activa (aumento de sangre arterial), exudación de líquidos (suero), proteínas plasmáticas y/o migración de células (leucocitos, principalmente neutrófilos y macrófagos), que dan origen a la formación del edema.
  • Resolución: En una respuesta inflamatoria ideal, tras la eliminación del estímulo nocivo, los mecanismos de resolución se activan para restaurar el tejido a su estado normal. Esto implica la liberación de mediadores antiinflamatorios y la promoción de la reparación tisular.
  • Crónica: Si el estímulo persiste o hay una disregulación en estos procesos, la inflamación puede volverse crónica, asociada con una disfunción orgánica. Se caracteriza por la proliferación de leucocitos y tejido conectivo en el sitio de la injuria, con cambios mucho más importantes en la arquitectura del tejido (fibrosis y necrosis tisular).


Estos cambios son regulados por mediadores bioquímicos, sustancias que actúan sobre los vasos sanguíneos, las células inflamatorias u otras células para iniciar y regular la respuesta inflamatoria. Están presentes en el plasma, pueden ser originadas por células y poseen diferentes funciones de acuerdo al tipo de lesión y al curso del proceso inflamatorio. Estos mediadores incluyen: Citoquinas (proteínas como factor de necrosis tumoral alfa, interleucina 1 y 6, que promueven la inflamación y modulan la respuesta inmune, Quimiocinas (sustancias que atraen células inmunológicas al sitio de la inflamación), Prostaglandinas y Leucotrienos (regulan la vasodilatación, la permeabilidad vascular y el dolor), entre otros.

Este proceso inflamatorio se caracteriza por presentar cinco signos cardinales: rubor, tumor, calor, dolor y pérdida de la función, este último

¿Porque debemos tratar la inflamación?

Su correcta gestión es crucial para el bienestar de los animales. En animales de producción, factores como la alimentación, el estrés, enfermedades (infecciosas, parasitarias, etc) y condiciones medioambientales, entre otras, pueden desencadenar procesos inflamatorios crónicos que causan un grave impacto en la salud y por ende en la producción animal: Se puede afectar la absorción de nutrientes, provocando disminución de la eficiencia alimentaria, provocando pérdida de peso, reducción en la producción de leche, carne o huevos, además, influir negativamente en la calidad de estos productos, también afectación en la reproducción, en la tasa de crecimiento, problemas de desplazamiento. Los procesos inflamatorios no controlados, no solo afecta la producción física, sino que también puede aumentar el riesgo de enfermedades secundarias y la necesidad de tratamientos veterinarios, lo que conlleva costos adicionales y una mayor complejidad en la gestión de los animales.

Es clave importante implementar estrategias para prevenir y gestionar los procesos inflamatorios en animales de producción. Esto incluye prácticas de manejo adecuadas, como proporcionar una dieta equilibrada y de alta calidad, asegurar condiciones ambientales óptimas, gestionar el estrés, tratamiento preventivo de parásitos, exámenes veterinarios, pueden ayudar a detectar y tratar la inflamación de manera temprana, minimizando así sus efectos negativos.

¿Además de estas prácticas, con que se puede tratar la inflamación?

El tratamiento de la inflamación en animales busca controlar la respuesta inflamatoria exagerada, reducir el dolor y promover la recuperación del tejido. Los enfoques terapéuticos varían según la causa, la duración de la inflamación y la condición general del animal.

  • Esteroides: Los corticoide o glucocorticoides, como la Betametasona (Inflacor), Dexametasona, son potentes antiinflamatorios que actúan reduciendo la producción de mediadores inflamatorios y modulando la respuesta inmune.
  • AINES: Los antiinflamatorios No Esteroides como el Meloxicam (Melodol), Ketoprofeno, Flunixin meglumine, son muy seguros en animales inhibiendo producción de prostaglandinas proinflamatorias.


En conclusión, la inflamación es una respuesta natural y necesaria para la protección del organismo en animales. Sin embargo, su manejo eficaz es crucial para evitar complicaciones y promover una recuperación saludable. Comprender la fisiopatología de la inflamación y aplicar tratamientos adecuados es esencial para mejorar el bienestar animal.

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